sábado, 10 de julio de 2010

Endgame

Olga Harmony
En sus últimas conferencias de prensa Luis de Tavira ha sido muy explícito respecto a la Compañía Nacional de Teatro y ha desvanecido las dudas que muchos tuvimos acerca de lo efímero de las temporadas de todas las escenificaciones, que se van dando como en cascada, y el desperdicio de algunas actrices y algunos actores de número –los que gozan de la beca como eméritos– que se encontraban casi relegados, con pocas opciones de aparecer en escena y que, de hacerlo, era en roles tan pequeños que desdecían de su excelente trayectoria. En el primer caso, ya se sabe que se está formando un repertorio variado y que a partir del próximo año se ofrecerán largas temporadas en distintos espacios y giras por diversos estados de la República. En el segundo, los miembros de número están eligiendo textos –del abanico que ofrece el propio director artístico– y papeles importantes por lo que nos es dable verlos ya en los escenarios con toda su enorme calidad.
Ha sido el caso de algunos y entre ellos el de Claudio Obregón, el gran actor que tradujo Endgame, montada bajo la dirección de Abraham Oceransky, respetando el título que Samuel Beckett utilizó al traducir al inglés su propia obra estrenada en 1957 en Francia como Final de partida, que es como la conocemos en México tanto en publicaciones como en las escenificaciones que ha tenido. Entre otras, más bien escasas, hay que recordar su estreno en 1960 bajo la dirección de Alejandro Jodorowsky y la que dirigió Octavio Michel –que en este montaje encarna a Nagg, ganadora en 2006 del concurso de Teatro Universitario y con temporada posterior en 2008.