martes, 27 de julio de 2010

"LA VENIDA DE LOS INSURGENTES"

ESTELA LEÑERO FRANCO 
Con un buen albur como título, se presentó en el teatro-bar El Vicio dentro del 8 Festival Internacional de Cabaret dedicado a “pitorrearse del Bicentenario”, un espectáculo encabezado por Marisol Gasé y Fernando Rivera Calderón, que después dará funciones durante septiembre. 
Los héroes patrios dan risa y nos cuestionan acerca de esta celebración. ¿Qué hay que festejar si todos los vicios de nuestros políticos se repiten hasta el infinito? Podemos jugar y divertirnos con nuestra historia, como en esta ocasión, y también reflexionar, aprovechando la coyuntura del Bicentenario. 
La Venida de los Insurgentes estuvo a punto de vivir un coitus interruptus con la amenaza de la Secretaría de Gobernación de multarlos si hacían uso del Himno Nacional o cualquier emblema patrio, según lo estipulado en la ley. Siempre se ha utilizado este argumento para ejercer la censura en el teatro y tratar de amedrentar a los teatristas. En 1988, por ejemplo, con este mismo argumento cerraron el teatro El Galeón cuando se presentaba Nadie sabe nada, de Vicente Leñero, con la compañía del Centro de Investigación Teatral que comandaba Luis de Tavira. Posteriormente, gracias al activismo suscitado, se reabrió la temporada. 
El espectáculo del bar El Vicio no cantó su versión del Himno, porque una multa de más de 50 mil pesos quién la aguanta, pero sí pudo burlarse de todo lo habido y por haber ejerciendo su libertad de expresión. El público se entusiasma porque se da voz a las protestas y críticas que deseamos hacer a nuestro sistema. Hidalgo, Morelos, Guerrero, Leona Vicario, Iturbide, la Virgen de Guadalupe y, como invitada a la época, sor Juana Inés de la Cruz, son los personajes de este espectáculo. Iturbide puede ser los presidentes que nos han estado gobernando y Leona Vicario aparece como la ingobernable, aunque la actriz ignorara completamente quién era este personaje. La virgen, a manera de moppet, ordena y condena, y la patria es un bebé que pasa de mano en mano sin que nadie quiera hacerse cargo. Algunos tienen el privilegio de haber quedado impresos en los billetes, otros apenas se han convertido en una calle o en las estampitas para los trabajos escolares. 
El padre Hidalgo, interpretado por Fernando Rivera Calderón, es el líder de un grupo de rock que canta parodias de la Independencia, con su referente actual, intercalando sketchs apenas elaborados. Faltos de estructura, por supuesto la propia a un sketch de cabaret, con improvisación muy pobre, dado el poco manejo del acontecimiento histórico y la política del momento, hicieron suponer que les faltó tiempo para trabajar la propuesta. Los chistes fáciles y conocidos, la reiteración del esnifar, los tiempos muertos y la necesidad de beber provocaron que el público entrara y saliera de La Venida de los Insurgentes sin poderse enamorar de ellos.
NOTA: texto extraído de la Revista Proceso